Elisabeth, una célebre actriz de teatro, es hospitalizada tras perder la voz durante una representación de "Electra". Después de ser sometida a una serie de pruebas, el diagnóstico es bueno. Sin embargo, sigue sin hablar y permanece en la clínica. Alma, la enfermera encargada de cuidarla, intenta romper su mutismo hablándole sin parar.
Bergman hace de esta película una obra maestra de la imagen, la palabra y el silencio.
Acá encontramos al Bergman experimental, que tantas buenas noches me ha dado, consiguiendo crear una película IMPRESCINDIBLE, con todas sus consecuencias, y punto.
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